Por Marcela Álvarez Barrientos
Dentro de la gestión de una colección no solo juega un papel preponderante la pervivencia del patrimonio cultural, artístico e histórico de una región, un período o una institución, es también crucial poner sobre la mesa la interdisciplinariedad del quehacer de su equipo de trabajo, el cual despliega sus funciones desde la curaduría, la conservación, y la catalogación del acervo, por mencionar algunas. Las colecciones de objetos artísticos, como lo es la Colección de Gráfica Artística de la Universidad de Costa Rica, se enfocan en la conservación, investigación y la divulgación, como medios para mantener un acopio vivo y en constante diálogo con su contexto; su acopio ha crecido hasta abarcar obras en las disciplinas de la gráfica tradicional, contemplando la serigrafía, el grabado en metal, la litografía y la xilografía como las técnicas principales, sin embargo, se ha extendido para resguardar también obras en las técnicas de dibujo, pintura, fotografía y diseño gráfico.

Los acervos y colecciones responden a las necesidades e intenciones por las cuales se conforman, principalmente a raíz de una acumulación de objetos que necesitan ser acopiados de manera apropiada para su óptima conservación en el tiempo. Es común que, estas intenciones muten en miras de promover nuevos enfoques de extensión cultural, adaptándose de igual manera a las nuevas estrategias de comunicación a las que se puedan acceder. Para ello, los principios de la digitalización de la información y el libre acceso han sido pilares fundamentales al repensar los acervos no solo como sitios donde se preservan objetos, sino que también recopilan información y datos sobre los cuales diversas investigaciones pueden fundamentarse. 

La Colección de Gráfica Artística de la Universidad de Costa Rica es consciente de la relevancia en torno a la proyección del legado artístico perteneciente al patrimonio cultural de la institución a la que pertenece, asimismo para la docencia, el estudiantado y la investigación académica. Así también, se ha propuesto el consolidar el aporte del grabado como medio artístico a la cultura costarricense desde la óptica de la Academia y garantizar el acceso abierto a archivos digitales que lo promulguen y lo coloquen a disposición de investigadores, docentes, y público en general a nivel nacional e internacional. 

Con este propósito, es necesario que se adopte un sistema de catalogación que permita el fácil acceso a la información, que establezca qué, dónde y cómo se conservan los objetos que conforman la colección, y desde allí, velar por cada una de sus particularidades. Es a partir de este ordenamiento que la tarea de difundir la información correspondiente al acervo puede resultar de mejor manera, al igual que se puede generar una aproximación a la valoración de las obras como bienes patrimoniales y como parte fundamental de la historia del arte costarricense. 

Trabajar con un acervo de obras tan particulares como lo es la Colección de Gráfica Artística permite rehacer, repensar la historia y reflexionar sobre los vacíos históricos desde una de las aristas de las artes plásticas que ha formado parte fundamental de la Universidad de Costa Rica –como centro de enseñanza y de profesionalización de las artes–. Pero sobre todo, funciona como una fuente primaria la cual encierra múltiples narrativas, reflejos de identidades y memorias, que se pueden visitar y replantear desde las posibilidades actuales. 

Marcela Álvarez Barrientos
Es estudiante de Bachillerato y Licenciatura en Historia del Arte de la Universidad de Costa Rica. Asistente de la Colección de Gráfica Artística de la Universidad de Costa Rica
Email: mmalvarezbarrientos@gmail.com